viernes, 28 de marzo de 2014

Carta abierta a la comunidad universitaria acerca del nombramiento de vicerrectores y vicerrectoras

Con toda razón, la comunidad universitaria de la UNED reclama definiciones en relación con quiénes podrían ser las personas que me acompañen como vicerrectores o vicerrectoras.

Por el enorme respeto que ustedes me merecen, y porque sé que esta inquietud nace de una preocupación genuina en relación con el futuro de la Universidad, procuraré ofrecerles en esta nota una respuesta que, al mismo tiempo, comporta un compromiso claro y definido, el cual, como es mi costumbre, rubrico con mi firma.

1) Cada vicerrectoría tiene responsabilidades distintas y, por lo tanto, plantea exigencias distintas. Eso tiene una implicación de grandísima importancia: el perfil necesario de la persona que esté a cargo de cada vicerrectoría –es decir, las cualidades y características que esa persona debe satisfacer- no son idénticas en uno y otro caso.

2) Hay, sin embargo, algunas características que considero indispensables y que constituyen un mínimo común denominador que debe estar presente en las cuatro personas que me acompañen en las vicerrectorías. Estas características son las siguientes:

  • Capacidad para dialogar y escuchar.

  • Grandísimo respeto por las diversas opiniones y puntos de vista, y por las diversas formas de ser de las personas en cuanto a religión, ideología, simpatía política, orientación sexual, etc.

  • Capacidad para el trabajo en equipo y la coordinación y cooperación sobre bases dialógicas.

  • Plena disposición para innovar e introducir nuevos proyectos e ideas que dinamicen y reverdezcan nuestro trabajo.

  • Visión clara del mundo, de América Latina y Costa Rica, para saber vincular las decisiones institucionales con la ética ambiental y planetaria.

  • Plena identificación con los valores y compromisos sociales fundamentales de nuestra Universidad, según estos han quedado plasmados en acuerdos de los Congresos Universitarios, la Asamblea Universitaria Representativa y el Consejo Universitario.

  • Dedicación total al cumplimiento de sus responsabilidades como vicerrectora o vicerrector.


3) Muy respetuosamente yo les pido a ustedes que comprendan la dificultad que en este momento conlleva el dar nombres específicos de vicerrectoras o vicerrectores, ya que, de previo, yo debo conversar con los funcionarios y funcionarias de cada vicerrectoría, oír sus criterios y poner mucha atención a sus propuestas, para luego analizar toda esa información a la luz de mi programa de trabajo como Rectora.

Asimismo, se me hace necesario conversar con todas las posibles candidatas y candidatos que podrían ocupar esos puestos, a fin de profundizar en sus ideas y tener seguridad acerca de su disposición y compromiso.

Esos procesos de diálogo, consulta, estudio y reflexión son un paso previo, necesario a fin de que las decisiones que yo adopte sean las mejores y más acertadas.

4) En el caso de las Vicerrectorías Ejecutiva y la Vicerrectoría de Planificación, por la importancia y el ámbito de acción de cada una, promoveré un proceso de diálogo abierto al igual que en las otras. En este sentido, estoy en la mejor disposición de escuchar los criterios de la comunidad universitaria y especialmente de las funcionarias y funcionarios de ambas vicerrectorías, de cuáles personas consideran pueden ejercer el cargo de la mejor manera. Por ello, invito, de la forma más cordial y respetuosa, para que por favor conversen conmigo y me hagan llegar sus sugerencias y recomendaciones, previamente al proceso que de consulta que indico en el punto 7 del presente documento.

5) En el caso de la Vicerrectoría de Investigación me propongo que la persona que ocupe ese puesto sea alguien con amplia trayectoria en el campo de la investigación, comprometida a profundidad con esa actividad académica esencial y en capacidad de dar feliz continuidad a las importantes realizaciones que la Vicerrectoría de Investigación viene acumulando, así como de brindar aportes novedosos en nuevas áreas y énfasis de trabajo y en nuevos espacios y redes de colaboración, tanto al interior de la UNED, como hacia fuera de ésta, incluyendo tanto universidades e instituciones nacionales como del resto del mundo.

En lo esencial, la persona que ocupe este puesto debe ser alguien que tenga un compromiso total con uno de los aspectos centrales de mí propuesta para la Rectoría: hacer de la UNED un centro dinámico para la generación de nuevo conocimiento y su democratización.

Con el mayor gusto y atención, escucharé todas las sugerencias y consejos que se me hagan llegar en relación con esta vicerrectoría, especialmente por parte de quienes trabajan en ella, previo al proceso de consulta que indico en el punto 6 del presente documento.

6) El caso de la Vicerrectoría Académica, dada la importancia, tamaño y complejidad de esta vicerrectoría, la persona que ocupe este puesto debe ser alguien con un elevado nivel de formación y una sólida trayectoria académica y en capacidad de integrar, de forma armónica, las distintas facetas de lo académico: la docencia, la investigación y la extensión.

Al mismo tiempo, debe ser alguien con vasto dominio de la metodología de la educación a distancia, con todas sus particularidades y exigencias. Y, desde luego, debe ser una persona dotada de gran capacidad de trabajo y, de hecho, con mucha voluntad de sacrificio, ya que, sin duda, esta Vicerrectoría comporta exigencias muy especiales, como es la atención de los procesos y servicios que se ofrecen en los CEU. Para la selección de la persona, se seguirá el mismo proceso de consulta, que se aplicará en el resto de la vicerrectorías.

7) En relación con la selección de los vicerrectores o vicerrectoras, y atendiendo las particulares exigencias que este caso plantea cada vicerrectoría, me propongo seguir el siguiente mecanismo o procedimiento:

Oportunamente, una vez nombrada Rectora, propondré a las distintas unidades y a los funcionarios y funcionarias de cada vicerrectoría, una lista de tres a cuatro personas.

Esta lista será discutida y analizada en consejos de las distintas unidades de cada vicerrectoría, así como en los consejos o reuniones de unidad (académica o administrativa), según corresponda, de manera transparente y natural. En cada caso, y de forma consensuada, se me recomendarán un mínimo de dos y un máximo de tres personas.

Cuando yo tenga en mi poder los dictámenes de todas las unidades (académicas y administrativas) de las respectivas vicerrectorías, procederé a elegir al Vicerrector o Vicerrectora correspondiente, para lo cual tomaré en cuenta, de forma prioritaria, a aquella persona o personas que lograron atraer a su favor un mayor consenso.

Insistiré que los intereses institucionales están por encima de los intereses personales que podamos tener, por lo tanto pacto con ustedes mi responsabilidad, de elegir a las personas con mayor idoneidad y excelencia que demanda la gestión universitaria.

8) Considero que el procedimiento anterior, es el mejor mecanismo al que puedo recurrir para el nombramiento en las y los vicerrectores, ya que ello me permite conciliar dos cosas: por un lado, mis prioridades como Rectora, según se desprenden del programa y los compromisos académicos que estoy sometiendo a consideración de la comunidad universitaria de la UNED; por el otro, los criterios y opiniones –respetabilísimos y muy fundamentados- de los funcionarios y funcionarias de cada Vicerrectoría.

Cordialmente;

Marlene Víquez Salazar

Candidata a Rectora UNED

Período 2014-2019

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